Wednesday, April 15, 2009
Mis 23. Por Muria.
Hace unos años, me inventé el discursito de que en el momento preciso en que marcan las 00:00 del 16 abril a mi me gusta estar en una mesa con algo de gente tomando cerveza y brindando por el nuevo año y la alegría de la vida. Más me hubiera valido creermelo en serio que usarlo para tapar algunas realidades y olvidar unos cuantos cumpleaños que no fueron tan felices.
Este año, me estaba costando organizarlo. Por alguna razón, no me daban ganas de hacerlo. Y hace unas horas, comprendí. La vida no se trata de grandes momentos. De recuerdos gigantescos y gloriosos. Tal vez, este año, lo mejor que me podía pasar era volver de la facu a casa, tranqui. Cenar con mi mamá y brindar por un año apacible más que por 24 horas de rock n roll. Porque la aceleración vertiginosa de quien no quiere pensar en nada, ya pasó. Porque este es el año de tomarme la vida con calma, pensar en lo que me pasa y lo que hago. Dar pequeños pasos que impliquen un gran viaje y no vivir todo en un segundo.
Hace unos años, me inventé el discursito de que en el momento preciso en que marcan las 00:00 del 16 abril a mi me gusta estar en una mesa con algo de gente tomando cerveza y brindando por el nuevo año y la alegría de la vida. Más me hubiera valido creermelo en serio que usarlo para tapar algunas realidades y olvidar unos cuantos cumpleaños que no fueron tan felices.
Este año, me estaba costando organizarlo. Por alguna razón, no me daban ganas de hacerlo. Y hace unas horas, comprendí. La vida no se trata de grandes momentos. De recuerdos gigantescos y gloriosos. Tal vez, este año, lo mejor que me podía pasar era volver de la facu a casa, tranqui. Cenar con mi mamá y brindar por un año apacible más que por 24 horas de rock n roll. Porque la aceleración vertiginosa de quien no quiere pensar en nada, ya pasó. Porque este es el año de tomarme la vida con calma, pensar en lo que me pasa y lo que hago. Dar pequeños pasos que impliquen un gran viaje y no vivir todo en un segundo.
