Sunday, February 19, 2006
Fiebre de domingo por la noche.
Una de las razones por las cuales empecé este blog es porque le queria contar al universo historias como la que les voy a contar ahora. Personajes que van por la vida iluminandonos y pasando desapercibidos.
Empecé el 2006 laburando. El 31 a la noche trabajé hasta las 12 y el 1, practicamente todo el día. A las 11, como todos los domingos se terminó mi shift y me fui caminando hasta la parada del 59 en 9 de julio. Hacía bastante calor y el bondi que no venía más y me invadía una sensación medio rara de melancolía, tristeza y aburrimiento. En eso siento que alguien pasa caminando por la vereda. Las veredas ahí son bastante anchas y yo miraba al "horizonte" esperando el bondi asi que en realidad no se cuántos eran o si era uno solo. De pronto siento que alguien se para en frente mio a unos 2 metros. En menos de un segundo termino de percibir su presencia y miro. Era un tipo. Yo diría que tenia unos 40 años, claramente vivia en la calle y tenia una botella de gaseosa en la mano. Bueno, era una botella de plástico, lo último que tenia era gaseosa. Y este personaje me miraba con cara de no entender lo que ve y me dice:
-Hola.
-Hola.
-Gracias por saludarme, la gente a nosotros no nos saluda. (Y mientras lo dice se me acerca)
-De nada.
-Cómo te llamas?
-Mariana.
(Ahí me agarra la mano y me da un beso-en la mano-)
-Un gusto conocerte Mariana.
-Igualmente. (Y sonrío)
-Bueno, cualquier cosa llamanos, vamos a estar en la esquina. (Y me señaló la esquina donde iba a estar)
-Bueno, gracias. Chau. (Y ya se estaba alejando, despacio para no caerse)
En ese momento sentí ganas de tener una botella con vino yo también. Después pensé que el pobre chabon este había estado eskabiando todo el día probablemente para olvidarse un poco de la vida que le toca vivir. Ese día los planetas se alinearon para que él me diera una lección. Lo que todavía me sigo preguntando es como se me ocurrió mirarlo o hablarle... Digo, un domingo a la noche sola en la 9 de julio totalmente desierta. A mi sola se me ocurre entablar una conversación con un extraño totalmente borracho. Seguramente él paro a hablarme porque se sentía muy solo y seguramente yo también.
Una de las razones por las cuales empecé este blog es porque le queria contar al universo historias como la que les voy a contar ahora. Personajes que van por la vida iluminandonos y pasando desapercibidos.
Empecé el 2006 laburando. El 31 a la noche trabajé hasta las 12 y el 1, practicamente todo el día. A las 11, como todos los domingos se terminó mi shift y me fui caminando hasta la parada del 59 en 9 de julio. Hacía bastante calor y el bondi que no venía más y me invadía una sensación medio rara de melancolía, tristeza y aburrimiento. En eso siento que alguien pasa caminando por la vereda. Las veredas ahí son bastante anchas y yo miraba al "horizonte" esperando el bondi asi que en realidad no se cuántos eran o si era uno solo. De pronto siento que alguien se para en frente mio a unos 2 metros. En menos de un segundo termino de percibir su presencia y miro. Era un tipo. Yo diría que tenia unos 40 años, claramente vivia en la calle y tenia una botella de gaseosa en la mano. Bueno, era una botella de plástico, lo último que tenia era gaseosa. Y este personaje me miraba con cara de no entender lo que ve y me dice:
-Hola.
-Hola.
-Gracias por saludarme, la gente a nosotros no nos saluda. (Y mientras lo dice se me acerca)
-De nada.
-Cómo te llamas?
-Mariana.
(Ahí me agarra la mano y me da un beso-en la mano-)
-Un gusto conocerte Mariana.
-Igualmente. (Y sonrío)
-Bueno, cualquier cosa llamanos, vamos a estar en la esquina. (Y me señaló la esquina donde iba a estar)
-Bueno, gracias. Chau. (Y ya se estaba alejando, despacio para no caerse)
En ese momento sentí ganas de tener una botella con vino yo también. Después pensé que el pobre chabon este había estado eskabiando todo el día probablemente para olvidarse un poco de la vida que le toca vivir. Ese día los planetas se alinearon para que él me diera una lección. Lo que todavía me sigo preguntando es como se me ocurrió mirarlo o hablarle... Digo, un domingo a la noche sola en la 9 de julio totalmente desierta. A mi sola se me ocurre entablar una conversación con un extraño totalmente borracho. Seguramente él paro a hablarme porque se sentía muy solo y seguramente yo también.