Cuál es la de plástico, cuál es la de vidrio?

Hoy salí a caminar. Fui a barrancas, que es un destino recurrente en mi itinerario peatonal. Supuse que no iba a haber mucha gente, por el clima y más tarde descubrí que así era. Así que, apesar del frío, me lancé a la aventura una vez más! Me senté en un banquito, en una especie de patio que ya me ha visto pasar las horas en silencio cientos de veces. Y hacía frío, mucho frío. De pronto me dieron ganas de caminar. Apenas dí unos pasos, una briza me abrió la campera y me congeló hasta los pensamientos. Y pensé que así era la soledad. Fría como el frío. Dolorosa, paralizante, invasora. Seguí caminando. Las veredas de esa zona son anchas, muy espaciosas, uno se siente más solo todavía con tanto espacio alrededor.Y a lo lejos, apareció la figura de un hombre subido a una moto, apoyada sobre un cordón. Cuando estaba a unos dos o tres metros de él, mirando al infinito y tratando de decifrar porqué me había abrigado tan poco, escucho algo acerca de echeverría. Lo miro y termino de entender que me preguntó para dónde quedaba. Tenia unos 30 años, pelo un poco largo castaño claro y no lo miré mucho más. Como no sabía bien dónde estaba paré, miré a mi alrededor hasta que vi un cartel que decía en que calle estabamos. Cuando lo volví a mirar estaba buscando algo en una bolsa, señalé hacia donde quedaba la calle y le dije que eran dos o tres cuadras hacia allí. "No me engañes" dijo, mientras seguía buscando. Yo sonreí y dije "No, en serio, son dos o tres para allá". Y el me miró, se rió un poquito y dijo "Esta bien. Gracias, cosita". Y yo dejé de pensar en la soledad. Y el frío ya no fue tan frío. Unas cuadras más adelante alguien de un auto me dijo "De que te estarás acordando que estas sonriendo..." Y me di cuenta que estaba sonriendo.