Friday, February 23, 2007

 
Muria, las viejas y porqué no hay que ayudarlas...
Capítulo 1.

Un día, volvía de la facu caminando, como suelo hacer. Por una de aquellas cuadras, hace mucho están construyendo...algo, y la vereda está toda rota y hay unas maderas. Iba yo mirando el cielo, que estaba nublado y pensando en qué hacer cuando llegara a casa, para lo cual todavía faltaba bastante. A unos metros de la vereda de la muerte, veo a una vieja tratando de atravesar las maderas y los pozos. Y yo pensé "Pobre señora, nadie piensa en los viejos. La voy a ayudar, voy a hacer mi buena acción de la semana". Así que cuando estuve a la par de ella le dije "Quiere que la ayude señora?" y ella sin decir nada me agarró la mano. Respetando su silencio, seguimos el sinuoso camino. Cuando estabamos casi a punto de llegar al final, ella rompió el silencio. Estaba mal, estaba buscando a su gato que se había perdido hacia unos dias. Yo traté de consolarla diciendole que los gatos siempre se escapan y después siempre vuelven (aunque no estaba 100% convencida de ello). Pero ella no se lo creyó. Y tampoco me soltó la mano. Fuck! Esta señora, caminaba a 0,02 por hora y pretendía que yo la ayudara a buscar...hasta encontrar a su gato! "Cómo carajo voy a salir de esto?!?!". Tenia que converserla de volver a su casa, que a todo esto no sabía dónde quedaba, ni sabía hacia dónde caminabamos.Y ella miraba para todos lados... y me repetía la historia una y otra vez... y yo no sabía cómo decirle que era inútil seguir buscando. Y no me soltaba la mano, me tenia agarrada con mucha fuerza! Cuando llegamos a una esquina, yo me detuve. No se notó mucho porque estabamos caminando obsenamente despacio. En ese momento, la naturaleza decidió tirarme una liana para que escapara como tarzán en la selva. La vieja se murió. No mentira...jeje... Se largó a llover. Despacio, una lloviznita inoscente, pero fue la excusa perfecta para volver. Así que le dije por millonésima vez que su gato iba a volver solo y que era mejor volver a su casa porque estaba lloviendo. Por supuesto, como no me soltaba la tuve que acompañarla y, por suerte, no quedaba lejos. Cuando estabamos llegando, apareció otra vieja y la vieja número uno empezó a hablar con ella y automáticamente me soltó. "Es el momento para huir" pensé yo. Y, de la nada, apareció una mina más joven y se enganchó en la conversacion, que obviamente era la misma historia del puto gato una vez más. Ahí estaba yo, mojándome, escuchando el disco rayado y buscando el mejor momento para desaparecer y pensando que solo a mi me pasan esas cosas y me pasan por boluda. Y de pronto dije "Bueno, yo me voy" y la vieja ni se percató de que me iba, ni me agradeció, ni nada. Y camino a mi casa me empapé.

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