Sunday, March 16, 2008

 
Los domingos son tan especiales...


Venía acordándome de él. No todo el tiempo, solo a veces. Como pequeños caramelos que te comés cuando queres algo dulce. Ya no soy la misma. Mi cabeza ahora dijo: "Llamalo". Lo pensé, tenía mis dudas. Mi cabeza también dijo "Si pensas demasiado, siempre vas a tener dudas".
Domingo familiar. Siempre me dejan un gustito a nosequé los domingos familiares. Para mis adentros pensaba "Qué lindo día para un poco de lujuria..."
Llegué a mi casa con la tranquilidad de quien ya sabe lo que le depara el destino. Me senté en mi cama y marqué su número. Algo me impedía continuar. Mientras pensaba en el pasado, mi cabeza dijo "Basta!". Comencé a imaginar escenarios posibles para esa noche. Salir con él, quedarme en casa, salir con alguna amiga, etc... Peinso "¿Qué mujer quiero ser? ¿La que se queda un domingo a la noche en su casa aburrida o la que invita a salir a un flaco y empieza la semana pum para arriba? No hubo dudas. Apreté send. Sonó varias veces. Siempre cuento. Cuando llega a cinco, corto. Esta vez dejé pasar una más y alguien atendió.
No reconocí su voz. De todods modos, imaginé que se trataba de él. Me presenté por mi nombre, pensando que no iba a saber quién era. Sin embargo, me reconoció en seguida. Se sorprendió. Y hablamos... Al principio costó un poco, pero la conversación fluyó. Las vueltas de la vida hicieron que mi noche de lujuria se desvaneciera en el aire. Sin embargo, no me entristece. De hecho, me alegra haber hablado con él.
Él es el típico chabón al que siempre le voy a gustar, pero nunca jamás me va a querer. Y así como es, esta bien.

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