Saturday, May 17, 2008
Horacio (Segunda parte)
Como me estaba sentando en su mesa y ya tenía mi teoría comprobada algunas veces, hice un increíble esfuerzo por no establecer contacto con Horacio o su compañera, no personality, de quien ya me encargaré algún día. Sin embargo, esta afortunada ubicación me permitía seguir sus pasos de cerca y conocerla un poco más. Los días pasaban y su nivel de intensidad no bajaba. El delineado al mejor estilo egipcio antiguo estaba presente todas y cada una de las clases. Incluso, cuando parecía tener ropa de "oficina", lo cual me llevó a sospechar que trabajaba o que simplemente variaba del jean al pantalon de vestir camel 3 talles más grande.
Si bien me llamaba poderosamente la atención, la gran sorpresa de Horacio, que además fue lo que el valió su apodo, llego hace nos dias. Uno de los primeros días de frío, su camperita de jean bordada no fue abrigo suficiente, por lo que horacio optó por ponerse UN PONCHO BORDÓ. Oh, si! Creer o reventar. Poncho, pantalón marrón, botas marrones, flequillo con brushing, delineador a lo egipcio, mochilita negra y fucsia miranda y carpetita celeste con mariposa gigante dibujada con los marcadores que te sobraron de la primaria.
Mis ojos no creían lo que veían. Superó absolutamente todas, pero todas mis expectativas. Recorrió todo el taller con su poncho, orgullosísima. Saludaba gente y se paraba frente a trabajos como un gaucho junto a su caballo. No podía dejar de pensar en personajes como mercedes sosa u Horacio Guaraní en folclorísima (de ahí su apodo). Incluso, surgió la posibilidad de que en verdad trabaja en cardón, lo cual no ha podido ser comprobado aún. Desde ese día, espero con ansias encontrarla a ver qué se pone.
Si aquí finalizara la historia, Horacio sería simplemente un detalle de color en la regularidad de la facultad. Sin embargo, no me explayé acerca de mi teoría en vano. Como me anoté en la materia con una amiga y no me vi forzada a generar alguna nueva amistad circunstancial, no me preocupó estar tan peligrosamente cerca de Horacio. Incluso podría decir que no tuve en cuenta mi teoría. Pero a estas cosas las mueve una fuerza mayor, que nos trasciende y se encarga de ordenar y poner cada cosa en su lugar.
Así, en una oportunidad mi amiga dijo "Le voy a preguntar a Horacio porque creo que ella esta recursando la materia". Y yo pensé "Nada bueno puede salir de esto". Conversaron un poco, yo me mantuve al margen. Más tarde ese mismo día, Horacio y no personality se acercaron a mi amiga y entablaron una conversación con ella. Es entonces cuando le hice notar a mi amiga que traspasó la delgada línea que nos separaba de Horacio. Ella lo negó..
A los pocos días, nos cambian de aula. Es nuestra oportunidad para alejarnos de Horacio y no personality para siempre. Un nuevo comienzo. Cuando llegamos al aula, la única mesa libre tiene una ocupante. No necesito decir quién es. Nos miramos, en silencio. Miramos alrededor con algo de desesperación. Encontramos una mesa, nos avalanzamos sobre ella. Respiramos tranquilas.
Más tarde ese día, mi amiga interrumpe mi concentración diciendo "hola" en un tono bastante alto. Alzo la vista y veo a Horacio acercando su cara hacia la mía. Me agarra por sorpresa, me da un beso. No personality aparece de la nada, otro beso. Todavía en shock escucho una voz grave que dice "Ay, yo decía... ¿Dónde están mis compañeritas de mesa?". Se van. Nos miramos en silencio. Bajo la mirada, apoyo la cabeza sobre mi mano. Derrotada, digo: "Somos amigas de Horacio..."
Como me estaba sentando en su mesa y ya tenía mi teoría comprobada algunas veces, hice un increíble esfuerzo por no establecer contacto con Horacio o su compañera, no personality, de quien ya me encargaré algún día. Sin embargo, esta afortunada ubicación me permitía seguir sus pasos de cerca y conocerla un poco más. Los días pasaban y su nivel de intensidad no bajaba. El delineado al mejor estilo egipcio antiguo estaba presente todas y cada una de las clases. Incluso, cuando parecía tener ropa de "oficina", lo cual me llevó a sospechar que trabajaba o que simplemente variaba del jean al pantalon de vestir camel 3 talles más grande.
Si bien me llamaba poderosamente la atención, la gran sorpresa de Horacio, que además fue lo que el valió su apodo, llego hace nos dias. Uno de los primeros días de frío, su camperita de jean bordada no fue abrigo suficiente, por lo que horacio optó por ponerse UN PONCHO BORDÓ. Oh, si! Creer o reventar. Poncho, pantalón marrón, botas marrones, flequillo con brushing, delineador a lo egipcio, mochilita negra y fucsia miranda y carpetita celeste con mariposa gigante dibujada con los marcadores que te sobraron de la primaria.
Mis ojos no creían lo que veían. Superó absolutamente todas, pero todas mis expectativas. Recorrió todo el taller con su poncho, orgullosísima. Saludaba gente y se paraba frente a trabajos como un gaucho junto a su caballo. No podía dejar de pensar en personajes como mercedes sosa u Horacio Guaraní en folclorísima (de ahí su apodo). Incluso, surgió la posibilidad de que en verdad trabaja en cardón, lo cual no ha podido ser comprobado aún. Desde ese día, espero con ansias encontrarla a ver qué se pone.
Si aquí finalizara la historia, Horacio sería simplemente un detalle de color en la regularidad de la facultad. Sin embargo, no me explayé acerca de mi teoría en vano. Como me anoté en la materia con una amiga y no me vi forzada a generar alguna nueva amistad circunstancial, no me preocupó estar tan peligrosamente cerca de Horacio. Incluso podría decir que no tuve en cuenta mi teoría. Pero a estas cosas las mueve una fuerza mayor, que nos trasciende y se encarga de ordenar y poner cada cosa en su lugar.
Así, en una oportunidad mi amiga dijo "Le voy a preguntar a Horacio porque creo que ella esta recursando la materia". Y yo pensé "Nada bueno puede salir de esto". Conversaron un poco, yo me mantuve al margen. Más tarde ese mismo día, Horacio y no personality se acercaron a mi amiga y entablaron una conversación con ella. Es entonces cuando le hice notar a mi amiga que traspasó la delgada línea que nos separaba de Horacio. Ella lo negó..
A los pocos días, nos cambian de aula. Es nuestra oportunidad para alejarnos de Horacio y no personality para siempre. Un nuevo comienzo. Cuando llegamos al aula, la única mesa libre tiene una ocupante. No necesito decir quién es. Nos miramos, en silencio. Miramos alrededor con algo de desesperación. Encontramos una mesa, nos avalanzamos sobre ella. Respiramos tranquilas.
Más tarde ese día, mi amiga interrumpe mi concentración diciendo "hola" en un tono bastante alto. Alzo la vista y veo a Horacio acercando su cara hacia la mía. Me agarra por sorpresa, me da un beso. No personality aparece de la nada, otro beso. Todavía en shock escucho una voz grave que dice "Ay, yo decía... ¿Dónde están mis compañeritas de mesa?". Se van. Nos miramos en silencio. Bajo la mirada, apoyo la cabeza sobre mi mano. Derrotada, digo: "Somos amigas de Horacio..."