Sunday, October 26, 2008
Me pregunto si mi madre pensará en la horrible vida que tuvo y que tiene todos los días o sólo cuando me culpa por ello.
Wednesday, October 22, 2008
¿Querías cumbia? Tomá!
Domingo 20 de octubre: El despertador suena a las 8 am. Muria se levanta radiante con un sólo pensamiento en su cabecita "It´s payback time".
Sabado 19 de Octubre 23:45 - Me voy a dormir ya que al día siguiente debo madrugar para preparar una entrega. Tratandod e conciliar el sueño escucho una música lejana, voces. Pienso que otra vez el grupito de chicos que se junta abajo de mi casa esta jodiendo. Pienso que es solo una hora, luego se van. Pienso que se deben haber conseguido un grabadorcito o algo así para escuchar música. NO ESTOY EN LO CORRECTO.
Al rato se escuchan gritos, ruidos de botellas. Parece una suerte de pelea callejera. Me levanto, miro por la ventana. Solo se escuchan los gritos a lo lejos pero no se ve nada. De otros edificios también se asomó gente a mirar. Pienso "que suerte, se fueron, ya no va a haber más ruido". Una vez más, NO ESTOY EN LO CORRECTO.
Mientras miro por la ventana escucho unas voces. Miro hacia arriba. El horror. En el departamento de arriba hay una reunión.
Me vuelvo a acostar. Intento relajarme. Lentamente vuelvo a escuchar la música, cada vez más fuerte. Provenía del departamento de arriba, no de los de abajo. Y no era música era KARAOKE. Justo el día que me acuesto temprano para levantarme temprano a los boludos de arriba se les ocurre juntarse con 20 personas a cantar canciones de Marcela Morelo, Bandana, Mambru y Pimpinella. Pienso que seguramente la "reunión" no se extendera demasiado. Miro el reloj y es la 1. No veo un futuro muy prometedor.
A medida que pasan las horas y la lista de karaoke no acaba voy sumando furia en mi cama. Pienso en ir y pedirles que bajen la música. Pienso en la posibilidad de que se me rían en la cara, sacara una ametralladora y matarlos a todos. Pienso en llamar a la policía y hacerlos arrestar de por vida. A medida que avanzan la noche, el cansancio y el agotamiento por ese ruidito molesto continuo, las ideas se vuelven más y más crueles.
A esod e las 3 de la mañana tengo una revelación. Me doy cuenta que aún si yo me levantara, me vistiera, subiera a pedirles que la corten y ellos lo hagan, yo ya no dormí. Yo al día siguiente me tenía que levantar temprano igual. Nadie me iba a devolver esas horas. Empecé a acaricia una dulce dulce posibilidad: Venganza. Claro que esto anulaba la posibilidad de ir a pedirles que bajan la música porque sabrían que la vengadora sería yo. Entonces me quedé en mi cama, sonriendo, esperando mi momento, tramando mi venganza.
Fue asi como al día siguiente a las 8 de la mañana, me levanté, me vestí y salí a comprarle unas flores a mi madre, por su día. Antes de salir, agarré cinta adhesiva y una vez abajo, pegué el timbre de mis vecinos de arriba. El universo se volvió un lugar un poquitito más justo.
Domingo 20 de octubre: El despertador suena a las 8 am. Muria se levanta radiante con un sólo pensamiento en su cabecita "It´s payback time".
Sabado 19 de Octubre 23:45 - Me voy a dormir ya que al día siguiente debo madrugar para preparar una entrega. Tratandod e conciliar el sueño escucho una música lejana, voces. Pienso que otra vez el grupito de chicos que se junta abajo de mi casa esta jodiendo. Pienso que es solo una hora, luego se van. Pienso que se deben haber conseguido un grabadorcito o algo así para escuchar música. NO ESTOY EN LO CORRECTO.
Al rato se escuchan gritos, ruidos de botellas. Parece una suerte de pelea callejera. Me levanto, miro por la ventana. Solo se escuchan los gritos a lo lejos pero no se ve nada. De otros edificios también se asomó gente a mirar. Pienso "que suerte, se fueron, ya no va a haber más ruido". Una vez más, NO ESTOY EN LO CORRECTO.
Mientras miro por la ventana escucho unas voces. Miro hacia arriba. El horror. En el departamento de arriba hay una reunión.
Me vuelvo a acostar. Intento relajarme. Lentamente vuelvo a escuchar la música, cada vez más fuerte. Provenía del departamento de arriba, no de los de abajo. Y no era música era KARAOKE. Justo el día que me acuesto temprano para levantarme temprano a los boludos de arriba se les ocurre juntarse con 20 personas a cantar canciones de Marcela Morelo, Bandana, Mambru y Pimpinella. Pienso que seguramente la "reunión" no se extendera demasiado. Miro el reloj y es la 1. No veo un futuro muy prometedor.
A medida que pasan las horas y la lista de karaoke no acaba voy sumando furia en mi cama. Pienso en ir y pedirles que bajen la música. Pienso en la posibilidad de que se me rían en la cara, sacara una ametralladora y matarlos a todos. Pienso en llamar a la policía y hacerlos arrestar de por vida. A medida que avanzan la noche, el cansancio y el agotamiento por ese ruidito molesto continuo, las ideas se vuelven más y más crueles.
A esod e las 3 de la mañana tengo una revelación. Me doy cuenta que aún si yo me levantara, me vistiera, subiera a pedirles que la corten y ellos lo hagan, yo ya no dormí. Yo al día siguiente me tenía que levantar temprano igual. Nadie me iba a devolver esas horas. Empecé a acaricia una dulce dulce posibilidad: Venganza. Claro que esto anulaba la posibilidad de ir a pedirles que bajan la música porque sabrían que la vengadora sería yo. Entonces me quedé en mi cama, sonriendo, esperando mi momento, tramando mi venganza.
Fue asi como al día siguiente a las 8 de la mañana, me levanté, me vestí y salí a comprarle unas flores a mi madre, por su día. Antes de salir, agarré cinta adhesiva y una vez abajo, pegué el timbre de mis vecinos de arriba. El universo se volvió un lugar un poquitito más justo.
Saturday, October 11, 2008
No quiero ser esta cosa toda rota que soy. Pero es lo único que sé ser.
Monday, October 06, 2008
Por momento pienso que eso es el amor. Ser capaz de dejar que el otro sea feliz, aún si su felicidad pasa por estar lejos de uno. Aún si esa felicidad nos lastima, nos deja vacíos, no rellena nuestros sentimientos egoístas.
La peli estaba por llegar a su fin. El momento en el que todos son felices y comen perdices. Pensé “Ella tenía una relación especial con su papá”. Me pregunté si alguien diría algo así de mi alguna vez, dado que tengo una relación muy particular con mi papá.
Si alguien dijera algo así de nuestra relación, yo me vería forzada a corregir y decir “mi papá y yo no tenemos una relación”. Porque hablar una vez cada 6 meses acerca de si hay sequía o inundación en el campo no es tener una relación. Sin embargo, yo lo entiendo. Yo se que a él le cuesta comunicarse, expresar sus sentimientos. Se también que vivir en el campo lo hace feliz. Llevar una vida alejada del estrés y los relojes y más conectada con la naturaleza está en su esencia. Lo extraño horrores. Sufro sabiendo que estamos lejos, que a él podría pasarle algo y tardaríamos en llegar. Sufro pensando que él no es parte de mi vida ni yo de la de él, que sus pequeñas cositas cotidianas las comparte con otra gente. Desearía tenerlo cerca, poder tomar unos mates con él o hablar de cualquier cosa. Sin embargo, entiendo que esa vida lo hace feliz. Que él no podría vivir en la ciudad. Comprendo que él sufriría en esa situación. Entonces, me resigno a esa ausencia pensando que él es feliz con lo que eligió.
Me pregunto… En la felicidad de quién habrá pensado cuando hace 15 años decidió dejarme…
La peli estaba por llegar a su fin. El momento en el que todos son felices y comen perdices. Pensé “Ella tenía una relación especial con su papá”. Me pregunté si alguien diría algo así de mi alguna vez, dado que tengo una relación muy particular con mi papá.
Si alguien dijera algo así de nuestra relación, yo me vería forzada a corregir y decir “mi papá y yo no tenemos una relación”. Porque hablar una vez cada 6 meses acerca de si hay sequía o inundación en el campo no es tener una relación. Sin embargo, yo lo entiendo. Yo se que a él le cuesta comunicarse, expresar sus sentimientos. Se también que vivir en el campo lo hace feliz. Llevar una vida alejada del estrés y los relojes y más conectada con la naturaleza está en su esencia. Lo extraño horrores. Sufro sabiendo que estamos lejos, que a él podría pasarle algo y tardaríamos en llegar. Sufro pensando que él no es parte de mi vida ni yo de la de él, que sus pequeñas cositas cotidianas las comparte con otra gente. Desearía tenerlo cerca, poder tomar unos mates con él o hablar de cualquier cosa. Sin embargo, entiendo que esa vida lo hace feliz. Que él no podría vivir en la ciudad. Comprendo que él sufriría en esa situación. Entonces, me resigno a esa ausencia pensando que él es feliz con lo que eligió.
Me pregunto… En la felicidad de quién habrá pensado cuando hace 15 años decidió dejarme…